El Ayuntamiento de Vera maniobró rápido temiendo que el apagón afectara al servicio de abastecimiento. En realidad todos los gobiernos de la comarca buscaron alternativas ante la posibilidad de que la situación se alargara y los depósitos municipales de agua quedaran agotados; vacíos y con la desaladora de Carboneras fuera de servicio.
Los depósitos de Vera, con una capacidad superior a los del resto de la comarca, disponían de reservas para tres o cuatro días, sin embargo, el martes, día 29, se optó por activar los tres pozos municipales y por comunicar a la población que, si bien el agua seguiría saliendo por los grifos, “a partir de las 14 horas obtendría la calificación de no potable”.
El aviso quedó sólo en eso, porque con la llegada de la siguiente jornada, la de hoy miércoles, 30 de abril, se conoció la entrada en funcionamiento de cinco de los doce bastidores -son seis dobles- de la desaladora. La noticia no era esperada por los alcaldes, pues la propia empresa pública Acuamed había estado barajando, hasta horas antes, el empleo de entre 4 ó 5 días para restituir el servicio. De cumplirse la previsión de Acuamed, Galasa, y con ella los pueblos donde administra el abastecimiento, y también Vera y Garrucha, que controlan directamente el servicio, se iban a enfrentar a las temidas restricciones.
Afortunadamente “no ha resultado preciso utilizar otras fuentes alternativas […], con la consecuencia de que agua que se suministra en el municipio de Vera en todo momento ha tenido el carácter de resultar agua potable”, anunciaba el alcalde en el bando publicado este 30 de abril, que dejaba sin efecto el del día anterior.
“En situaciones y momentos urgentes, como los que ha dado lugar el apagón, es cuando se nota la solidez del abastecimiento de Vera”, valora el regidor Alfonso García. “En estos últimos años hemos hecho importantes inversiones municipales en redes y depósitos; en planes a corto y medio plazo, a través de Codeur, que no buscaban ni la inmediatez ni el lucimiento, pero sí dotan a Vera de un seguro, de una garantía en casos de emergencia, como el derivado del apagón. Este tipo de patrimonios son los que hacen grande a un pueblo”.